martes, 9 de septiembre de 2008

Entrevista realizada a Vicente Muleiro por Alicia Digón

Alicia: ¿cuál fue tu primer libro, ese acercamiento tímido al decir escrito, en fin, a la palabra?

Vicente: Fue un primer libro de poesía allá por 1978: “Para alguien en el mundo estamos lejos” yo trabajaba en un diario de pueblo en Santos Lugares. Una deuda de gratitud porque trabajaba mucho y me publicaron el libro.

Alicia: Días pasados te escuché en una charla que diste en Morón y además de ser todo tu intercambio con Alberto Ramponelli, muy interesante, hubo algo que me llamó mucho la atención: ese cruce que hiciste entre poesía, cuento y novela. Incluso ensayo. ¿Podrías ampliar el tema?

Vicente: La madre de todas estas trapisondas es la relación con la palabra y más allá de la relación con la palabra, la relación con la poesía. No me interesan los discursos literarios que no tienen en cuenta la dimensión poética del lenguaje.

Aún en el periodismo que es un código, un código transparente, aún en este caso me interesa que esté conectado con una dimensión poética de la lengua y esto no es una actitud barroca. No me interesa la literatura sin una propuesta de lenguaje

Alicia: ¿En poesía que has publicado?

Vicente: Boleros, Pimienta negra, El árbol de los huérfanos y Milongas de modo tal. Una antología en Costa Rica Y el 7 de octubre se presenta “Ondulaciones” que sale con un CD, un trabajo sobre poesía breve. Casi epigramática.

Alicia: Ahora que hablaste de poesía, algunos escritores que escriben poesía en algún momento de su vida, empezando o finalizando incursionan en la literatura infantil. Que no es nada fácil, se considera un género menor pero no es nada fácil.

Vicente: No, justamente no es nada fácil. Escribí “Don perro de Mendoza” 2003- “Los cachorros de don perro” 2006. Mi acercamiento a la literatura infantil fue un poco por casualidad, estoy en pareja con Silvia Schujer y me invitó a colaborar en unos manuales donde ilustraban cada unidad temática con cuentos. Faltaban cuentos de historia y escribí un personaje que es un perro que viene con Pedro de Mendoza y a partir de ahí hice historias que están fundamentalmente relacionadas con distintos puntos de la historia argentina. En los dos libros para chicos que tengo surgen personajes, niños o animales, y están articulados con distintas temáticas de la historia, con las Invasiones Inglesas, con el Cruce de los Andes con la Declaración de la Independencia, con el Rosismo, con distintos episodios de la historia Argentina.

Alicia: Esto que decís es muy interesante debido a que la historia llega a las escuelas, contada con un discurso reduccionista en el que aparecían los buenos y los malos. Es decir hubo una manera hegemónica de hacer surgir la historia realmente desde quienes “ganaron”, lo cual no deja de ser como formación, unilateral e imprecisa.

Vicente: Exacto, en las últimas décadas hay toda una corriente historiográfica, que rescata la historia no sólo vista desde los grandes transcursos, monumentalistas, mojones, hay escritores, claro, que son insoslayables. Se trata ahora de contar la historia desde otro registro que es desde la vida cotidiana.

También experimentos de variada índole en Europa, el análisis de la vida cotidiana de la Edad Media, disparó en todo Occidente una tendencia a buscar la historia no sólo desde sus protagonistas sino desde lo popular, desde sujetos pacientes. La historia Argentina es lo suficientemente rica y lo suficientemente tensa como para hurgar y crear historias que tienen que ver con el mundo cotidiano dentro de esos grandes transcursos. Uno se detiene en un episodio monumentalista, por ejemplo la Declaración de la Independencia y se puede quedar en lo protocolar y sin embargo hay todo una cotidianeidad que rodean esos episodios históricos. Me interesa esa mirada.

Alicia: Vicente, en la Biblioteca Nacional concurren a sus talleres gente que tiene deseos de escribir, de cualquier edad, y con diferentes objetivos, es decir, ponerse en contacto con la escritura, ¿qué podrías decirle, desde tu experiencia a toda esta gente, que tiene como deseo conquistar, ponerse en contacto, seducir, en fin estar cerca de la palabra escrita?

Vicente: En cualquier caso -y voy a hacer la salvedad ya que no me gusta mucho dar consejos- ¿no? Porque tengo una visión de que es muy difícil sacar reglas generales, sobre todo en la relación, en el modo de entrarle a la materia, cada uno le entra desde su historia, la subjetividad pesa mucho, la manera de organizar la cotidianeidad.

Sin embargo si algo me interesa decir es: Ajustar todo lo posible la relación con la palabra en un ejercicio cotidiano o por lo menos lo más frecuente posible, porque a veces la vida no te lo permite. A mí eso me lo dio el periodismo, la obligatoriedad de estar todos los días cerca de la palabra. En mi caso vivir de la palabra es un modo de manutención. Tampoco llegué a la idea de que si no se escribe todos los días no se escribe bien. Pero no creo en los impulsos. Nada se hace fuera de la dimensión de lo cotidiano. Un contacto lo más frecuente con el mundo creativo de la palabra. Sólo de ese modo se hace posible salir del bombardeo de los mensajes que nos envuelven todos los días y a los que uno está sometido conciente o inconcientemente.

Preservar ese espacio de intimidad. Preservarnos. Con otro creador o con el esfuerzo de uno, de que salga la palabra de escribir, es una manera también de pelearle a ese permanente llamado que tenemos. Tratar de no ser absorbidos por el mensaje externo. Es una manera de personalizarse.

En síntesis, un contacto lo más frecuente posible. Si es cotidiano mejor.

Alicia: Vicente, incursionaste en todos los géneros discursivos: poesía, cuento, cuento infantil, ensayo, justamente hay un excelente ensayo que realizaste con María Seoane, al respecto ¿crees que el cuento tiene una estructura, un discurso definido o bien hay en el cuento, licencias, registros diversos?

Vicente: ya la historia del cuento demuestra que hay una diversidad de estructuras. Inclusive hay excelentes cuentos sin núcleos. Los hay cuento que piden estructuras abiertas. Pienso que cada uno se relaciona con el estilo discursivo que más se adapte a su subjetividad. Lo articulo, lo pongo en juego, junto a la poesía. Es un género, un modo discursivo que parece ajustado pero que da libertades.

Alicia: Vicente, una última pregunta y vamos cerrando, ¿vivís de la literatura?

Vicente: Yo vivo del periodismo. Vivo del trabajo con la palabra. Tengo un trabajo profesional, en un diario profesional. Y bueno, me parece una buena combinación esto de trabajar en los medios y escribir.

Alicia: La tecnología, los blogs, ¿van a sustituir?...(no me dejó finalizar). Fue tan rápido como la luz en su respuesta –apreciación de quien pregunta-

Vicente: Mirá a mi me parece que el papel tiene una nobleza irremplazable. El invento del libro como elemento de soporte de lectura , es tan noble como la rueda.

Puede, si, tener reformulaciones, pero va a resistir muchos embates. Ha habido ya muchos sepultureros del libro. Hay gente que le tira certificado de defunción. Ya cuando yo tenía quince años ya había quienes hablaban de la muerte del libro y ya ves……..

Alicia: ¿Algún escritor vivo? ¿Algún escritor muerto? Te pregunto esto en momentos en que se da una crisis de reconocimiento de “padres” de “referentes” como si fuésemos huérfanos de historia. ¿Podrías mencionar algunos? Ya que no sucede esto con los escritores interesantes, lo cual me parece sinceramente que es tu caso.

Vicente:Es muy interesante lo que decís en este sentido: hay una operación de que cada uno cuando da su canon, pone dos muertos y un tipo que esté en otro lado, más o menos muy lejos (risa conjunta de quien pregunta y de quien responde) de modo tal de que nadie le haga sombras.

Nombran a Puig que murió, a Piglia, que casi siempre está afuera y en el medio queda él, en este caso yo (aclara que es una broma y sigue).

En la Argentina es imposible no nombrar escritores vivos. Hay muy buenos. afortunadamente y las camadas se renuevan. Hay excelentes poetas como Jorge Boccanera, María del Carmen Colombo, como la cordobesa María Teresa Andruetto. Inclusive narradores interesantes como Pedro Mairal.

Está vivo un poeta como Gelman, como Hugo Padeletti.

Discursos muy potentes que están circulando entre nosotros y me parece un tremendo temor personal y un tremendo prejuicio existencial “no saber” que esos discursos están circulando entre nosotros.

Alicia:¿Y algún referente importante?

Vicente: Importante no, importantísimo, Osvaldo Gallone.