miércoles, 29 de julio de 2009

TALLER "ópera para todos" COORDINACION : ENRIQUE SIRVEN

PROGRAMA PARA 2009
El taller funciona en la "escuela de bibliotecarios"de la Biblioteca Nacional, los lunes a las 16 hs.
operadesdehoy.blogspot.com (para más datos)

Este segundo año nos centramos en la ópera alemana, especialmente en la obra de Wagner. Porque a pesar que la actividad lírica local es muy intensa no se están representando obras de él, son producciones muy caras y nuestros cantantes no las suelen tener en repertorio. Con la excepción de El holandés errante que fue la última que se representó en el Teatro Avenida, una sala grande pero con un foso de orquesta limitado que no permite ir más allá en cuanto a los dramas líricos wagnerianos.
En cuanto a los contenidos empezamos por el principio, aunque dejando a Mozart por el momento, circunscribiéndonos al siglo XIX, consideramos a la única creación dramática de Beethoven, Fidelio, un singspiel como las óperas alemanas del mismo Mozart, con diálogos, pero que excede ampliamente al género, sobre todo en el final que anticipa al mismo de la Novena Sinfonía. También lo hace en sus intenciones éticas, al contar el rescate de un preso político, desaparecido, por parte de su heroica esposa. Lo vimos en una versión histórica realizada en la Opera de Viena con la dirección de Leonard Bernstein y un elenco muy importante, como siempre en pantalla grande con subtítulos en español. Luego llegamos al emblemático El cazador furtivo de Carl María von Weber, una leyenda romántica alemana con todos los ingredientes para serlo, la presencia de la naturaleza pero también desde su lado hostil, tenebroso, inquietante. Un pacto con el diablo que deberá medirse con las fuerzas celestes, mientras que en la tierra, prima el color local también en las marchas y danzas. Una obra poco conocida todavía por aquí, la cual como excepción tuvimos que conformarnos con subtítulos en inglés.
Después hicimos un paréntesis en cuanto a lo germano para considerar al francés Berlioz aunque a través de su versión del mito faústico que tituló La condenación de Fausto. Porque nos parece que es él quien mejor continúa el trayecto anterior a Wagner, incluso con su pose y sus desmesuras. También por lo ambicioso de sus proyectos que no tuvieron la suerte de encontrar a un rey para realizarlos. La vimos en una puesta en escena de La fura dels baus y quién mejor que la compañía catalana si de desmesura se trata. Lo que pareció en su tiempo irrealizable tiene hoy un tratamiento de tipo cinematográfico que lo hace posible.
Luego nos llegó la hora de afrontar la experiencia wagneriana.¿Por dónde empezar? Nos decidimos por Lohengrin, su última ópera romántica antes de los dramas musicales de la madurez. El preferido de los públicos latinos por sus más líricas y atractivas inflexiones vocales. Además del mito que se abre a tantas interpretaciones, que nos habla de la misma postura de Wagner frente al mundo, como elegido, proveniente de un mundo superior y espiritual, al cual la misma razón no debe interpelar...
Después del receso y durante el mismo nos preparemos para que al regreso estemos en condiciones de afrontar el mundo de El anillo de los Nibelungos, si no su obra más perfecta la más ambiciosa y donde mejor pone en juego sus teorías que revolucionaron para siempre el mundo del teatro lírico. Tales como la obra de arte total, la melodía infinita...que son rasgos de la música del futuro como le gustaba llamarla.

martes, 28 de julio de 2009

Taller de lectura de OSVALDO GALLONE

NOTA SOBRE
El desierto de los tártaros
por Alicia Orlando


La reiteración angustiante en las obras de Buzzati, Conrad o Kafka, refiere al vaivén entre pesadilla- realidad.

En "El Desierto de los Tártaros" de Dino Buzzati, la reiteración se encuentra en la inmovilidad absoluta del tiempo y el espacio. Los personajes no pueden dejar la fortaleza ya que el tiempo no transcurre, no hay declinación física en los individuos. El teniente Drogo, protagonista, sabe que han pasado quince años desde su entrada a la fortaleza, pero no tiene conciencia del paso del tiempo. Existe un solo signo real, sus ascensos hasta llegar a coronel.

La dilatación de los acontecimientos se hace infinita (lo que se piensa hacer y lo que se va a hacer cuando estén dadas las condiciones). De ahí la dinámica exasperante de la reiteración. La palabra mañana parece cercana pero inalcanzable. Los tártaros y la fortaleza son la esperanza. Con la venida de los tártaros llegará el día de gloria, y todos suponen a los invasores de distinta manera, pero nadie los ve. Igual ocurre cuando el teniente Drogo se pone una capa y la prenda resulta invisible para los otros.

En cuanto al espacio, la fortaleza es multiforme, sin límites precisos, está en todas partes, todo el espacio es la fortaleza, un laberinto pesadillesco, nadie puede salir y todos quieren hacerlo. Drogo dice que parece un larguísimo muro con nada detrás.

La fortaleza cumple la función del sujeto colectivo, quien mata y quien muere carece de nombre, lo importante es la eficiencia con que se mata y no la muerte, diluyendo así al sujeto singular.

Casi toda la novela está contada desde Drogo. El héroe épico busca la batalla, Drogo tan sólo la sueña, sin haber hecho nada de provecho. Y cuando parece producirse un ataque y posibilidades de batalla, el médico y el coronel lo obligan a irse, razones que provocan tristeza y resignación… pide un catalejo, pero espera no divisar nada, que la carretera estuviese desierta, ni la menor seña de vida.

¿Y si todo fuese un engaño y la novela, una mera fantasía del protagonista?

Consumido por la enfermedad, afronta la única batalla definitiva, en la oscuridad de un cuarto, aunque nadie lo ve, sonríe.

miércoles, 22 de julio de 2009

Clinica de poesía / Liliana Lukin

Poema 25

somos manos que esperan
la caricia naranja
de los muérdagos en flor
su perfume de lámparas
bajo una sombra salpicada de luces

cómo duelen si el arte de
sus dedos minuciosos
bajo un tejido azul
se enredan en un fondo
de hojas caídas.

Inés Bianchi.(integrante de la Clínica de Poesía).

sábado, 18 de julio de 2009

SEMINARIO DE NARRATIVA / OSVALDO GALLONE

LAS RAZONES DEL SEMINARIO

El Seminario de Teoría y Crítica Literaria correspondiente al año 2009 se compone de los siguientes textos y autores: LA CONCIENCIA DEL SEÑOR ZENO, Ítalo Svevo; LA CONDICIÓN HUMANA, André Malraux; EL DESIERTO DE LOS TÁRTAROS, Dino Buzzati; LOS MONEDEROS FALSOS, André Gide; EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS, Joseph Conrad; MEMORIAS DE ADRIANO, Marguerite Yourcenar; LA MUERTE EN VENECIA, Thomas Mann; HISTORIA DEL CERCO DE LISBOA, José Saramago; y EL CASTILLO EN EL BOSQUE, Norman Mailer.

La primera razón que puede dar cuenta de la elección de estas novelas es pedestre, prolijamente arbitraria, pero absolutamente insoslayable: me gustan, las leo y las releo con placer (algunas, como es obvio, más que otras), aspiro a que se transmita mi entusiasmo al respecto. Es el riesgo que se corre cuando uno asiste a un seminario: algo tan subjetivo como el gusto (la empatía, la identidad, la inclinación) de quien lo dicta opera como un factor predominante. Y agregaría: es una constatación tan inevitable como necesaria.

La segunda razón resulta, acaso, tan pedestre como la primera: considero que son novelas, cada una en su registro y en su particular propuesta, soberbiamente escritas. Este argumento no sólo es adocenado, sino que debería ser obvio; pero en una narrativa como la contemporánea (desde la argentina hasta la norteamericana, salvo clarísimas excepciones), donde predomina la escritura basta, tal obviedad deja de serlo para convertirse en una razón de peso.

Creo, por fin, que cada una de estas novelas marcó una época, es paradigmática: desde la introducción del psicoanálisis como tema literario en la ficción (LA CONCIENCIA DE ZENO) hasta la resignada y suicida asunción de la espera (EL DESIERTO DE LOS TÁRTAROS) pasando por la épica (LA CONDICIÓN HUMANA), la brillante introspección (MEMORIAS DE ADRIANO), el diálogo con la más pavorosa oscuridad (EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS), la experimentación de las formas (LOS MONEDEROS FALSOS), la celebración de la ficción (HISTORIA DEL CERCO DE LISBOA), la lenta degradación del sujeto (LA MUERTE EN VENECIA) o el notable riesgo que supone tomar al personaje histórico más inasible del siglo XX e insertarlo en una trama ficcional (EL CASTILLO EN EL BOSQUE).

Razones, pues, no faltan; pero acaso -sólo acaso- tampoco sean necesarias.