martes, 24 de noviembre de 2009

coartadas nº 5

CLÍNICA DE POESÍA



Coordina: LILIANA LUKIN

Lo que antecede a la palabra, el silencio, la potencia infinita del lenguaje, la materia posible de una retórica de la representación, esos, nuestros elementos.

Una Clínica de escritura poética tiene lugar, un trabajo colectivo de recepción, escucha y elaboración, en el doble movimiento de transmitir un saber y compartir un placer que proviene de lecturas y se expande en escrituras.

Una clínica: laboratorio de propuestas, curaduría de proyectos, consultorio de la pregunta sobre lo literario, lugar hospitalario que la Biblioteca Nacional ofrece para operaciones críticas con la palabra.

Este grupo está formado por quienes fueron convocados para participar en la propuesta en el año 2005 y tuvieron el deseo de continuar la experiencia, por quienes acudieron a la convocatoria del 2006 y persistieron y por los que en 2007, 2008 y 2009 se integraron, fueron testigos de la llegada a la imprenta de libros trabajados durante todo este tiempo, y acompañaron las transformaciones integradoras del plural que los reúne.

Leer libros y textos de bibliotecas propias y ajenas puestas en circulación, ver y analizar cine, discutir problemas teóricos, instalar la fundamental cuestión de los procedimientos, propiciar reescrituras, estructurar libros en cierne, tal el trabajo siempre renovado, la responsabilidad de quien coordina: proveer a necesidades diferentes, ofreciendo propuestas que no repitieran las ya exploradas en años anteriores.

Entre el entusiasmo y el temor, oscilando en la cuerda del amor a la letra y el vacío, se enfrentaron a la palabra del otro que todos fuimos, prestando oído y leyéndose sutil y cuidadosamente para pensar en objetivos propios.

Eran cuestiones difíciles de resolver sin pasión: cómo hacer de cada poema una respuesta que cruzara el límite entre una idea y la forma de su decir, esa bisagra donde lo conceptual adquiere su música, cómo resolver la demanda de entender la estética como una ética.



En esos fragores, el diálogo y el desarrollo de nuevos procesos creativos pusieron en cuestión estilos, fueron un tránsito a la expresividad mayor de un lenguaje ya definido, personal y a veces lujoso en la conciencia de su materialidad.

De ese trabajo, el deseo de un proyecto colectivo.

Cada poeta puso el cuerpo: marcados por sus modos individuales, modificados por el movimiento que el hacer continuo logró imprimirles, convirtieron en objeto lo que eran papeles, intenciones, ideas, lo mejor de cada subjetividad en su propósito de escritura poética.

Así, en la secuencia que sólo un orden de alfabeto nos impone, los textos elegidos son, en cada caso, nuevos, lo apenas visible de una obra, las formas ocultas y brillantes de unas voces singulares que, habiendo elegido la poesía, se definen en lo que escriben, en lo que dan a leer.

LILIANA LUKIN



Se disipa en mí, se deja ser, abandona sus oros, inunda.

Me adhiero al vaho, a la neblina de la ventana que cae en mí, aquieta y se fuga a través de una rendija.

ALEJANDRA AGUIRRE


Es pleno el arriesgarse en todas las instancias y acomodaticio el actuar de algunos personajes que no siempre se ubican como debieran. Ocupados en medio de la fiesta vista al detalle, desmenuzadas las acciones, un orden prefijado se da en torno de las catedrales y las esquinas, a la luz de los reflectores o en medio de la más concisa oscuridad.

Hay instancias mayores, serenidad, subterfugios a los cuales acogerse, y siempre seremos lo que anhelamos, absueltos de las formas, sumidos en órdenes crecientes , incursionando en el estanque de piedra del universo o en la simpleza de las cosas, en ríos de movimiento perpetuo o en la más apretada quietud.

WILLIAM ANSELMO







Plegaria irritada a dioses mexicanos. Su capricho floral Cada veinticinco años impone a ritmo de reloj inmenso una flor y su estallido. ........................................ Señora agave, mide el tiempo en floraciones como vidas y esconde su secreto ¿Será ya menopáusica? ¿O está forjando fértil una erguida flor? Hija que agota las sales de la tierra en monstruosa matriz. ............................................. ¿O habré llegado tarde a su milagro verde? no soy afortunada ni puntual, me pierdo en pistas falsas -Novalis o Melvilley todos los eclipses desde niña. ................................................ Dame entonces, por lo menos tu licor de olvido tu jugo de visiones, tu guitarra ronca, dame tu imagen y en la punta de mis letras, esa flor, tu enorme hija inalcanzable.

GENOVEVA ARCAUTE

tu gozo de bailar era la palma de la mano ramas de un instrumento que se movía yo era el viento era el viento y te alcanzaba

esa manera en que la tarde se venía encima y nos encerraba una ola de miedo en el manchón descascarado la pared azul de humedad

qué bien que danzaban cuatro verduras en la olla las pálidas hojitas del paraíso caían hacia nosotros hundiéndonos hora tras hora cuando todo se dormía respirando en la oscuridad como una boca saciada

ALEJANDRO CASTRO



Con las manos cuarteadas mi abuela entre el caldo y las verduras, me cuenta lo que debo saber para curarme.

Más allá la otra mujer no se cansa de hurgar la herida

es el espejo, repite

y hunde el dedo en mis astillas.

TANIA GARCIA OLMEDO






Largarse sola a caminar, soy pequeña en la foto

y todavía se ve una mano que sostiene.

Montaje inescrupuloso de tiempo, ficción y dolores.

MARIA KRIL



ver tras los cristales:

hay algo que no esta pero que antes estuvo

un solo ojo busca mientras el otro sueña

ah esa mirada destruye

Esa mirada es olvido

SILVIA MAKLER




Absorberé las brumas de mis días de renuncia, sos tiempos del cazador frente a lo expectante de los ciervos, dardo inclinado de carne y ligereza. Perturbaré la carretera desértica, impulso de lo vencido del corazón que recluta la flecha y su pena. Desnudaré lo programático en elipsis, agrio aniquilamiento de las caléndulas.

VICTORIA PALACIOS




(los niños) han abierto a arañazos el vientre de un cerdo han encendido fuego en sus entrañas

mascando toda la tibieza arrancada (ellos) sumergidos en la excitación táctil

del fuego dentro de la carne toquetearon con sus dedos grasientos lo sagrado (ellas) Han frotado con miel y cenizas

la piel del cerdo (las niñas) enterraron los ojos y las orejas del animal

al pie del higón ya cortado (todos) finalmente descansaron colgando al sol sus cuerpos

sobre el alambre del corral gozando extasiados en la plenitud de su poder esperando mansos su castigo

LUCAS SERRA





La escritura de una solitaria. que vive en una casa de familia. pero de noche. se vende.

Conoce los adoquines. el bálsamo. la siesta de las tres de la mañana. los gatos que nunca vuelven a los mismos callejones. ¿Cuánto tiempo. se puede ocultar una mentira?

La enterraron. vestida de reina. escapando de un baile. donde todos tomaban pastillas

No estaba muerta. y las casas cercanas al cementerio. se estremecen como si las paredes. copularan con fervor eléctrico. Ya se sabe. que la gente miente. Exagera. pero vieron sus dedos en el parquet. la sombra de su nariz. en la taza china. sus hombros. como un escaparate carnoso

ALEJANDRA VARELA



Una gota de piel

un roce en la muñeca hebras del cuerpo.

Se oye el ir y venir. El tiempo: una tapicería de dulces jaguares

sobre la seda del espacio pequeño del contacto.

CRISTINA VILLANUEVA




Yo iba en el sueño ínfima apoyada en sus pies

y él me llevaba.

Yo lo dejaba hacer sin resistirme ni objetar.

Caminaba por mí

él y yo como de seda minúscula en el regazo del verdugo.

ESTELA ZANLUNGO

domingo, 8 de noviembre de 2009

REVISTA COARTADAS Nº 5

Nadir
Carlos R. Marchese

Existe un lugar
oculto en lo más profundo
Al otro lado
de lo que conociste

Allí tus días
fueron noches
tus ciudades
tuvieron otros nombres
tu ventana
otro cielo

Ya es imposible verlo
quizás pudieras
imaginarlo
y aún algo
adivinar

Tal vez en madrugadas
sueñes un anochecer
Veas
el brillo
en un traje oscuro
el descolorido puño
de las camisas

Por una calle
tus pasos
irán presintiendo
las piedras
la mirada
umbrales blancos
de mármol

Todo será igual
y distinto

Al doblar la esquina
desde una puerta
alguien te hablará
No
allí
nadie volvió
Nunca
Dirá nombres
que no conociste
aunque para tu oído
suenen
extrañamente
familiares

Al despertar
retendrás una imagen
Buscarás en tus ropas
una a una
Irás apartando
las desgastadas perchas
Querrás hacer memoria
reconocerte en cierto traje
y tal vez al mirar el espejo
por un instante
verás
sobre tus hombros
caer el sol
entre los edificios