Yo iba en el sueño
ínfima
apoyada en sus pies
y él me llevaba.
Yo lo dejaba hacer
sin resistirme
ni objetar.
Caminaba por mí
él
y yo como de seda
minúscula en el regazo
del verdugo.
ESTELA ZANLUNGO
revista de los talleres de la Biblioteca Nacional Argentina