la lluvia de otro
cada vez que él me hablaba de la lluvia, dejaba de llover en algún lado y empezaban a salir las gotas por su boca. se mojaban las tazas, los platitos, la mesa del café, la calle. todos los transeúntes sin paraguas, se mojaba el mar.
marta rojzman
miércoles, 25 de enero de 2012
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