domingo, 7 de octubre de 2007


DER ZERBROCHEN GESCHENK

(EL REGALO ROTO)

Leonardo Pereyra

TACO Y PUNTA, GOTA A GOTA, LENTAMENTE Y CON CUIDADO ENTRE DECENAS DE VACAS QUE ULULAN Y SE QUEJAN CON SUS TETAS DE CAMPANA ROTA DE IGLESIA ABANDONADA, UN PASO TRAS OTRO PARA NO DERRAMAR LA COPA DE SANGRE TIBIA, EL VERBO ESPERA EL NOMBRE (¡UNA COPA TAN INSIGNIFICANTE QUEDARÍA PRECIOSA EN LA VITRINA DEL LIVING JUNTO A LA PORCELANA LIMOGE Y LOS RETRATOS DE FAMILIA!). BAJO LA PUERTA CERRADA, SOBRE EL FELPUDO DE YUTE, ZAPATOS DE NIÑO AÚN SIN ESTRENAR, ESPERAN SIN ATREVERSE A ...

- ¡Taco y punta, gota a gota, lentamente ...! – Dicen que dicen, o al menos es lo que recuerdo o tal vez me hayan contado con las canciones de cuna que me cantaban.

- ¡Taco y punta, gota a gota, lentamente, con cuidado y en silencio! - Agregan otros tantos, aunque quisiera saber: ¿No he sido yo la loza de la abuela contra el empedrado?¿ Entonces quién?. ¿No he sido yo el pañuelo de mi madre en la alcantarilla o sus lentes de carey marrón rodando por la escalera? ¿ Entonces quién?. ¿No he sido yo el que aullaba de frío junto a las chimeneas de las fábricas aun en pleno verano?¿ Entonces quién?

- ¡Taco y punta, gota a gota, lentamente, con cuidado y en silencio que las manos del hombre fueron soñadas para arrancar de cuajo un árbol, para empuñar un arma, para blandir una poronga bien machaza o tocar el primer culo que nos guiñe un ojo y no para detenerse a hacer preguntas! Afirman los que quedan. Yo, a decir verdad, a veces querría dárselas de comer a algún perro o pájaro vagabundo porque esas mismas manos ni siquiera alcanzan para cubrirme el rostro.