sábado, 8 de agosto de 2009

TALLER LITERARIO PARA CHICOS

Coordinación: Noelia Cappello y Maria Zimmerman

Los chicos, la imaginación y sus detalles



Cuando los chicos cuentan una historia que leyeron, suelen tener buena memoria aunque esta sigue un raro derrotero. A menudo se detienen en detalles nimios, imágenes que refuerzan en ellos algún sentido oculto. Recuerdan por ejemplo el nombre estrafalario de un personaje menor, los pormenores de una escena de acción, o el exacto orden de pruebas que se deben pasar para obtener un objeto mágico. Los detalles, las descripciones en apariencia anecdóticas, como decimos quedan grabadas en los lectores. Los escritores saben que estas descripciones tienen precisamente como objetivo hacer participar al lector –ya sea un chico o un adulto- de la escena del relato. Las descripciones otorgan vida al texto y le dan verosimilitud. O bien al imaginar nítidamente una escena, el lector siente como si hubiera estado allí.

También juegan ese papel las ilustraciones. Incluso los adultos solemos acordarnos todavía de las que acompañaban nuestros libros favoritos.

Sean ilustraciones o descripciones verbales, los textos para chicos sostienen su potencia en imágenes sensoriales. Los escritores que se dedican a este público lector, tal vez más que otros, deben articular un desplazamiento donde los objetos reales son tocados por la varita mágica de la literatura... pero sin dejar de ser objetos en cierto sentido tangibles.

De alguna manera las ilustraciones son un apoyo hacia la abstracción metafórica: una imagen puede impactar en nuestros sentidos y trasladarnos hacia lo imaginario.

De ahí que las editoriales pongan empeño en las ilustraciones, con imágenes humorísticas, artísticas, encarguen series del mismo dibujante, utilicen papel de más calidad, relieves o texturas, tintas; llegando a combinar el texto con sonidos o perfumes en los libros de los más chiquitos.

Varias consignas de escritura que empleamos con los chicos parten de los dibujos, cuadros, fotos. Por ejemplo ofrecimos una serie de dibujos que proponen algún salto o elipsis narrativa. O partimos de las ilustraciones de tapa para que inventen la historia que puede contener ese libro. Una consigna que funcionó bien con chicos de sexto grado que participaron del taller, fue partir de cuadros famosos para imaginar un cuento.