martes, 13 de julio de 2010

COARTADAS Nº 5
TALLER DE LITERATURA JAPONESA
Coordina: DAMIAN VIVES

Habiendo dedicado el 2008 a realizar una breve introducción a la historia de la literatura japonesa desde sus comienzos en el siglo VIII hasta el presente; dedicamos el 2009 a profundizar el periodo que va desde finalizada la 2ª Guerra Mundial hasta nuestros días, es decir, la narrativa de posguerra, las vanguardias y la narrativa contemporánea. La dinámica establecida para abordar las mismas es la de la lectura particular por parte de los alumnos de la bibliografía sugerida y el comentario de la misma en clase, quedando por cuenta del docente la situación autor-texto-contexto, el lineamiento de las directrices principales en la obra de cada narrador y el abordaje de temas aledaños que sirvan para esclarecer los diferentes pasajes de cada obra (historia, tradición, pensamiento religioso, ritualística, mitología, etc). Durante el 2009 se abordarán distintas obras de los siguientes autores: Akiyuki Nosaka, Michio Takeyama, Shohei Ooka, Osamu Dazai, Masuji Ibuse, Yukio Mishima, Kobo Abe, Shusaku Endo, Kensaburo Oé, Akira Yoshimura, Ryu Murakami, Juro Kara, Haruki Murakami, Masahiko Shimada, Yoko Ogawa, Banana Yoshimoto, Natsuo Kirino y Mari Akasaka.



A YUKIO MISHIMA por BEATRIZ MINICHILLO

Ella
se desnuda lentamente.
Frente al espejo
se quita su kimono negro
como quien se desprende
de un mal presagio.
Ella, Fusako,
en su casa del cerro
en Yokohama,
perfuma sus hombros y sus senos.

Ella espera.
Lo espera.
Por la sirena de un barco
el mar grita su augurio.
Oscilante en la penumbra
Ryuji recorta su figura
de marino hastiado
de piel de mujer
y sin embargo reincide
como el tigre al acecho
sobre la presa previsible.
Ella, la madre de Noboru,
lo espera, aún lo espera
mientras por el hueco de la pared
se escapa, sigilosa,
la inocencia de un niño.

(Basado en el primer capítulo del libro de Yukio Mishima: «El marino que perdió
la gracia del mar»)



4 HAIKUS Y UN TANKA
por Marta Rojzman


Las dos hojitas
navegan por el río
una se hunde

Me gusta la lluvia
siempre que cae en vano
sobre la ciudad

Llueve otra vez
grises las primaveras
sobre los charcos

Nosotros aquí
en la alegre penumbra
luna redonda

Amado amigo
te extrañé en los meses
de este otoño
aunque estabas cercano,
al lado mío